En ocasiones despreciamos todo aquello que nos aporta, pateamos sin motivo a las personas que construyen y no huyen, ofendemos, discutimos y destruimos, sin razón, ni compasión, argumentando la reacción por una acción, de un pasado que ha cegado, todo aquello que es amado.
En efecto, ser Godin tiene caducidad, por más alto que sea el puesto, tarde que temprano habrá un final, un buen día, te darán las gracias, tal vez te jubilarás, o quizá solo te den una patada en el trasero, los Godinez no son eternos y siempre habrá un remplazo para ellos, el reloj de la vida avanza, y tristemente las empresas comienzan a pensar que el talento joven los llevará a nuevas fronteras, es la ley de vida, es la regla del Godin, pero no del Emprendedor; el que apuesta por sus sueños no tendrá el mismo desenlace, un emprendedor puedo morir realizando su pasión, trabajando todos y cada uno de sus día en la construcción de sus metas,...